lunes, 27 de octubre de 2014

A través del lodo

Elefantes voladores. Gruesos y grises pero de esbeltas patas. No tanto como los de Dalí, pero lo suficientemente finas como para superar cualquier lodo. A paso lento pero seguro y firme, siguen su camino en busca de tierras serenas. Lejos de sanguijuelas y podredumbre. Ellas no se dan cuenta del firme y alto paso de los elefantes voladores. Ellas piensan que también están en el lodo. Pero, sin embargo, ellos lo surcan con sus rodillas, es éstas para abajo, atentos para echar a volar en cuanto ese mejunje sea por fin dejado, para siempre, atrás.
Volad, serenos paquidermos. Volad, viajeros pacientes.Verdes tierras os esperan.




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