lunes, 3 de marzo de 2014

Decidió ponerse gafas de sol.
Decidió usarlas por el resto de su vida. Todo se ve más oscuro. Todo es, pues, mejor.
Menos luz, menos cosas que ver. Más terreno para su mente. Un muro de cristal tintado que oculta su mirada, que sin voz habla. Luto por un mundo que está muerto. Duelo por un lugar que falleció sin haber nacido.
Y el viento ruge, ruge poderoso y enfadado. Como ruge su grito taciturno, insatisfecho. Ruge cual león que no está en la selva, como un pez en agua clorada ("¿y dónde coño está la sal?").
Y a la vez que el viento ruge, él ruge también; sin quitarse sus gafas de sol.

http://www.youtube.com/watch?v=B2i9JlZJW9I

No hay comentarios:

Publicar un comentario